LA INGRATITUD DEL FUTBOL

 

El deporte de las masas, ese que llama la atención de miles y miles de aficionados en todo el planeta es también el más ingrato, y lo es porque son miles de millones de dólares los que se invierten semana a semana en el mundo para mantener a los equipos de futbol y, a pesar de eso los resultados casi siempre son negativos.

 

Lo digo en especial por los dirigentes y directivos del futbol, quienes, a pesar de llegar (casi siempre) con los mejores deseos y ganas, las cosas pocas veces salen bien.

 

Con conocimiento de causa les digo que un directivo, al estar ya en algún puesto de relevancia en alguna institución, dígase presidente o, en su caso, director deportivo o director técnico, lo primero que pierde es la tranquilidad, la paz interior y se vuelve víctima de las presiones tanto internas como externas, y más en un futbol como el mexicano, plagado de intereses por todos lados, donde los directores técnicos intentan realizar negocio por todas partes y el directivo tiene que lidiar con todas las situaciones para evitar ser robado. En la mayoría de las ocasiones el futbol es un gran negocio para todos, excepto para el dueño, quien al final del día es el que tiene que dar la cara ante los medios de comunicación y los aficionados de su equipo. El fracaso será su responsabilidad, no así el éxito, pues ese generalmente queda en manos de los jugadores o de los directores técnicos, y es por eso que, en lo personal, comprendo que en la mayoría de las veces los dueños de los equipos son los que ponen el dinero, los que pierden la tranquilidad, los que reciben las mentadas de madre y a los que ignoran cuando las cosas llegan a salir bien; además, pocas veces los críticos sabemos lo que ellos tienen que hacer para mantener las nóminas de los jugadores, pagar viajes y concentraciones y, por si fuera poco, tener que atender sus negocios particulares. Créame que no es nada sencillo, y es por eso que cuando ves que los directivos hacen su chamba, cumplen en todo con los jugadores y cuerpo técnico y éstos logran sacar cuatro de 15 puntos disputados —como es el caso del Puebla—, la verdad que da coraje e impotencia ver el domingo a un equipo camotero que enfrentó a un Veracruz recién ascendido, que por el momento y por circunstancias se encuentra arriba en la tabla pero que en los hechos es una escuadra muy limitada, con excepción del jugador Ángel Reyna, y que juegas con todos tus delanteros, arriesgando todo por lograr la victoria y fallando oportunidades de gol como las de ayer, de verdad que deja mucho que desear y pone en duda el verdadero compromiso de la escuadra para con su técnico y directivos. Un cero a cero que deja más dudas que certezas, a mi parecer, lastima a su noble afición y a una directiva que en los hechos ha arriesgado su dinero su tiempo y su esfuerzo.

 

El Puebla es un equipo atípico, es decir, todo puede pasar, es posible que Manuel Lapuente sea destituido pero también lo es el hecho de que pueda permanecer en el puesto por tiempo indefinido aunque los resultados sean de verdad penosos en las últimas 12 jornadas con una sola victoria frente al Querétaro descendido. Muchos puntos se han quedado en el camino y lo peor: que el Cuauhtémoc dejó de ser una plaza de respeto, pues el equipo no gana ahí desde el mes de febrero pasado, y eso —creo yo—fue demasiado para la afición.

 

La próxima semana se estará visitando al alicaído equipo de Chivas en Guadalajara, para posteriormente recibir a la Máquina del Cruz Azul en el coloso de la colonia Maravillas. Veremos primero si se queda Lapuente y después si son capaces de obtener un triunfo en patio ajeno.
 

 

Lobos BUAP
Si algún equipo de la Liga de Ascenso muestra dos caras, esos son los Licántropos. En casa son un hueso duro de roer y traen una racha en Liga de ocho partidos ganados de manera consecutiva; por el contrario, fuera de Ciudad Universitaria acumulan dos derrotas, esta temporada con cero goles a favor y cinco en contra, por lo que la directiva tendrá que darles un jalón de orejas para que la escuadra funcione de visita como en casa, pues —a mi parecer— se cuenta con el material humano suficiente para lograr buenos resultados en cualquier cancha de la Liga de Ascenso.

 

Pareciera que es mucho equipo para un cuerpo técnico mediocre, pues es claro y notorio que al equipo le falta manejo de partido teniendo todo para liquidar los encuentros con muchísima anticipación y no tener que sufrir al final de los mismos como local. ¿Y qué decir como visitantes? Ahí de verdad ya preocupa la manera en que Moscoso plantea los partidos, ni ataca ni defiende y los resultados están a la vista.

 

Ojalá se tomen cartas en el asunto porque esta escuadra se armó para pelear el ascenso y así es como debe jugar; por lo pronto, el viernes en CU se recibe al equipo de Mérida, que viene en plan ganador. Ojalá se sume de a tres para mantener al equipo universitario en la pelea.
 

Nosotros, como siempre, seguiremos en línea.

Hasta la próxima.
Twitter@pepehanan